Alta presión arterial

La apnea del sueño puede provocar un aumento letal de la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo de padecer infartos y derrames cerebrales.

Actualmente, todos los médicos están de acuerdo en que la apnea del sueño puede provocar un aumento excesivo de la presión arterial (hipertensión). La hipertensión fomenta la aparición de graves enfermedades cardiacas y circulatorias, como los derrames cerebrales y los infartos. Por ello es importante ir a la raíz del aumento de la presión arterial y atajar el problema subyacente. Antes, los pacientes no tenían más alternativa que someterse de por vida a un tratamiento farmacológico contra la hipertensión. Los posibles efectos secundarios son, por ejemplo, dolor de cabeza, mareos y disfunciones sexuales o impotencia.

 

Cuando se padece apnea obstructiva del sueño, durante el sueño se producen interrupciones de la respiración (obstructiva, del latín:  «bloqueado» ; apnea, del griego: «interrupción de la respiración»).

 

Estas interrupciones de la respiración pueden durar más de un minuto, hasta que el paciente genera un ronquido explosivo al intentar tomar aire desesperadamente y reanuda su respiración normal.

 

En suma, el afectado despierta violentamente muchas veces durante la noche, lo cual libera hormonas del estrés. Consecuentemente, el sistema nerviosos simpático, que se ocupa de regular el rendimiento y la defensa del cuerpo, se activa constantemente. El sistema simpático forma parte del sistema nervioso autónomo y, en caso de peligro, puede aumentar la presión sanguínea. Las pausas largas en la respiración pueden llegar a ser letales debido a la falta de oxígeno en la sangre, por lo que el sistema simpático reacciona manteniendo alta la presión sanguínea. Por ello, no es de extrañar que la hipertensión que se produce por estos motivos no sea tratable con medicamentos o conlleve efectos secundarios.

 

Si no se diagnostica la verdadera causa de la hipertensión, es decir, la apnea obstructiva del sueño, los pacientes corren el peligro de que sus médicos les receten un tratamiento completamente erróneo.

 

Por ejemplo, se recetan fármacos reductores de la presión arterial que no solo influyen negativamente en el cuadro sintomático de la apnea del sueño, sino que además perjudican las funciones naturales durante la vigilia. Por todo ello, este tratamiento tiene más inconvenientes que ventajas para el paciente.

 

Las interrupciones de la respiración provocadas por la apnea del sueño provocan una deficiencia de oxígeno en la sangre. En consecuencia, también aumenta la concentración de endotelina en sangre, una hormona que regula el estrechamiento de los vasos sanguíneos.

 

La activación de la endotelina también aumenta la presión arterial y el sistema cardiaco y circulatorio sufre la carga del estrechamiento de los vasos.

 

En las personas sanas, la presión arterial suele reducirse entre un 10 % y un 15 % durante el sueño. En pacientes que sufren apnea obstructiva del sueño, los procesos mencionados anteriormente provocan un peligroso aumento de la presión arterial durante el sueño. La hipertensión se mantiene durante toda la noche e incluso alcanza valores excesivos durante el día.

 

Por ello, si un paciente padece hipertensión provocada por una apnea obstructiva del sueño, deben tomarse medidas de inmediato. La apnea del sueño debe tratarse correctamente para evitar consecuencias letales, como infartos o derrames cerebrales.

Gracias a un método quirúrgico único en el mundo desarrolladopor el profesor Sailer y denominado  «Rotation Advancement» , la apnea obstructiva del sueño se cura para siempre. Después de someterse a él, los pacientes experimentan, en casi todos los casos,  una reducción de la presión arterial, e incluso su normalización completa.