La apnea del sueño y los ronquidos

Los ronquidos fuertes no solo empeoran la relación con nuestra pareja, sino que además son uno de los síntomas más comunes de una enfermedad que reduce la esperanza de vida, la llamada apnea del sueño.

La apnea obstructiva del sueño se produce por un cierre (obstrucción) repetido de las vías respiratorias superiores y es uno de los trastornos respiratorios del sueño más extendidos. Con el paso de los años, los tejidos de la boca y la faringe pierden movilidad. Como consecuencia de ello, las vías respiratorias se obstruyen parcialmente. 

 

En las zonas estrechas de las vías respiratorias, los tejidos blandos, como el velo del paladar y la úvula, empiezan a vibrar y se producen los típicos sonidos de estertor y ronquido. Durante el sueño disminuye la tensión muscular del cuello y la faringe. También se suelen producir cambios anatómicos (pólipos nasales, desviaciones del tabique nasal, etc.). 

 

Este estrechamiento ejerce presión en la faringe. Por ese motivo, la respiración se acelera en las zonas estrechas, los tejidos blandos empiezan a vibrar y surgen los molestos ronquidos nocturnos. El nivel de ruido suele alcanzar hasta 90 decibelios, equivalente al ruido que produce un camión que pasa por la calle. 

 

Según los estudios, en torno al 40 % de las mujeres adultas y el 60 % de los hombres adultos padecen trastornos del sueño.

 

Las personas con sobrepeso mayores de 40 años son las más afectadas. Pero ni los jóvenes, ni las personas delgadas, ni incluso los niños son inmunes a ellos. Cuando se producen, se suelen pasar por alto sus consecuencias personales y sociales. Hasta los roncadores más «normales» suelen quedarse aislados. Sus parejas suelen salir a hurtadillas del dormitorio común, cosa que genera frustración y graves perjuicios a la relación. 

 

Sin embargo, los afectados no suelen darse cuenta de que roncan. Las consecuencias son sequedad bucal, carraspera y dolor de garganta. Y el peor aspecto es que las personas que roncan suelen tener un sueño más inquieto, ya que los ciclos del ronquido suelen aparecer en las fases de sueño profundo, que son las más reparadoras. Agotamiento, nerviosismo y cansancio son las consecuencias que se padecen durante el día. Los ronquidos graves, cuando perduran en el tiempo y no se diagnostican, pueden afectar enormemente al sistema cardiaco y circulatorio. En estos casos, se denominan «ronquidos obstructivos». Además, los ronquidos fuertes e irregulares son una de las primeras fases de la apnea del sueño, que puede resultar letal.

 

Con este trastorno del sueño se producen interrupciones en la respiración que pueden durar más de un minuto. En consecuencia, se ocasionan deficiencias en el suministro de oxígeno en la sangre. Las funciones más afectadas son las cerebrales. Por ello, en cualquier caso, un médico especializado debe realizar un diagnóstico para determinar si se trata «solo» de un ronquido inofensivo o de una apnea del sueño que puede poner en peligro la vida del afectado. 

 

Cuando se padece apnea del sueño, esta puede generar graves trastornos, como la hipertensión. La hipertensión multiplica el riesgo de diabetes tipo 2, trastornos del ritmo cardiaco e insuficiencia cardiaca. Los derrames cerebrales y los infartos suelen ser las consecuencias más letales. Para evitar estos efectos letales, la apnea obstructiva del sueño debe ser tratada por profesionales.

Gracias a un método quirúrgico indoloro único en el mundo,desarrollado por el profesor Sailer y denominado «Rotation Advancement», los ronquidos desaparecen y la apnea obstructiva del sueño se cura para siempre. Gracias a él, los incalculables riesgos de las enfermedades graves derivadas de la apnea y las consecuencias letales de las mismas pasan a la historia.