Otros métodos de tratamiento

(Estos tipos de tratamiento no se utilizan en la clínica Professor Sailer, ya que no curan la apnea del sueño)

Uso de tecnología láser, radiofrecuencia y otras operaciones

Entre los tipos de tratamiento más extendidos, y en parte obsoletos, están las intervenciones con láser y radiofrecuencia y las operaciones en la úvula, la base de la lengua y la bóveda palatina. Todas estas intervenciones logran reducir la apnea del sueño tensando o eliminando tejidos en la cavidad bucal o uvular.

No obstante, se trata de zonas muy sensibles, elásticas y sometidas a un movimiento constante al hablar, tragar, masticar y respirar. Las intervenciones en estos tejidos suaves funcionales resultan especialmente dolorosas. Además, este tipo de técnica quirúrgica provoca daños funcionales, como trastornos del habla, voz nasalizada y secreción de líquidos por la nariz (al tragar). Por estos motivos, el profesor Sailer se niega a realizar este tipo de operación quirúrgica. Todos los años debe realizar intervenciones para paliar los daños provocados por las operaciones realizadas con láser y radiofrecuencia.

 

Además, las perspectivas de éxito de estas operaciones son muy dudosas por lo que respecta a la apnea del sueño. Muy a menudo, el éxito del tratamiento no es duradero, ya que al relajarse de nuevo la tensión de los tejidos, las operaciones deben repetirse.

«Férulas dentales y férulas antirronquidos»

Muchos pacientes intentan controlar su apnea del sueño utilizando las llamadas «férulas antirronquidos». Estas férulas dentales adelantan ligeramente la posición del maxilar inferior, por lo que amplían un poco las vías respiratorias estrechadas por la apnea. No se recomienda su uso a largo plazo, ya que puede provocar luxaciones en las articulaciones de la mandíbula, daños en las articulaciones y los discos, y el desplazamiento de los dientes. Por ello, en la clínica Professor Sailer solo se utilizan dichas férulas dentales a corto plazo como método diagnóstico.

«Electroestimulación de las vías respiratorias superiores»

Desde hace unos diez años, se está intentando tratar la apnea obstructiva del sueño (AOS) mediante la «electroestimulación transcutánea» (transcutánea: a través de la piel). Se trata de colocar un electrodo bajo la barbilla y otro en la boca. Este tratamiento debe realizarse dos veces al día durante 30 minutos, con el paciente despierto. El tratamiento de electroesetimulación no presenta efectos secundarios, pero tan solo consigue reducir ligeramente una apnea del sueño leve. En personas que padecen apnea del sueño de intensidad media o grave, este método ofrece resultados muy limitados. Hasta la fecha no se ha logrado demostrar una significancia estadística en cuanto al éxito de esta terapia. 

«Terapia postural, evitar dormir en decúbito supino»

Para evitar dormir en decúbito supino, algunas personas que padecen apnea del sueño se colocan una pelota de tenis en la parte trasera del pijama. En el mercado también hay a la venta chalecos hinchables que impiden dormir en decúbito supino (similares a los chalecos salvavidas, pero del revés). En la práctica, ha quedado demostrado que esta práctica, si bien reduce ligeramente los ronquidos irregulares, no sirve en absoluto como tratamiento de la apnea del sueño. En general, desaconsejamos utilizar estas prácticas.

«Terapias alternativas»

Muchas personas defienden un fortalecimiento de la musculatura de la boca y el cuello para tratar la apnea del sueño. Existen informes que hacen referencia a los efectos positivos de tocar con regularidad un instrumento de viento, sobre todo el didgeridoo. Según ellos, particularmente el uso de instrumentos de viento de lengüeta doble reduce ligeramente los síntomas.

 

También hay muchas empresas que ofrecen «máscaras antirronquidos», pinzas nasales, alarmas electrónicas, cursos de meditación, esterillas magnéticas, aceites esenciales, etc. como forma de autotratamiento. Hasta la fecha, ninguno de estos productos y métodos arroja efectos demostrables, e incluso en muchos casos dificultan el sueño. Además, obstaculizan o retrasan el comienzo de una terapia efectiva contra la apnea obstructiva del sueño.

 

Todos los métodos quirúrgicos y tratamientos indicados con anterioridad pueden reducir los ronquidos fuertes y parte del problema de la apnea del sueño. Sin embargo, no atajan el problema del estrechamiento o la obstrucción de las vías respiratorias durante el sueño. Con ellos sigue produciéndose una deficiencia de oxigenación durante el sueño que puede resultar letal. Y, en consecuencia, dramáticas consecuencias como un infarto o un derrame cerebral.