Tratamiento con mascarilla CPAP

La apnea del sueño es una enfermedad que puede resultar letal, cuyo síntoma principal es la interrupción de la respiración durante el sueño.

Actualmente, los síntomas de dicha enfermedad, en la mayoría de casos, se tratan con las denominadas máscaras de alta presión CPAP (Continuous Positive Airway Pressure). Por medio de un ventilador, se introduce aire en los pulmones a una alta presión, de entre 5 y 20 milibares. Esto evita el colapso de las vías respiratorias y, por tanto, reduce las interrupciones de la respiración. Sus efectos solo funcionan con la máscara puesta. Por ello, se hace necesario llevar este dispositivo de respiración asistida durante toda la noche. Desde la invención de esta terapia, a finales de los años 80, se ha logrado reducir ostensiblemente la frecuencia de las enfermedades asociadas con la apnea entre los usuarios de la máscara CPAP. El éxito de este tratamiento está supeditado al uso de la presión de aire correcta y a un ajuste perfecto de la máscara en el rostro.

No obstante, estas condiciones óptimas no se dan en la mayoría de los casos. Por ello, lamentablemente, la terapia CPAP suele acarrear problemas y efectos secundarios. Estos pueden ser tan graves que, en muchas ocasiones, el paciente se frustra y abandona el tratamiento por completo. Muchos usuarios de las máscaras CPAP afirman sufrir perjuicios y efectos secundarios:

  • Ataques de pánico nocturnos por miedo a ahogarse, ya que la expiración se dificulta con la máscara puesta
  • Llagas por la presión que ejerce la máscara
  • Alergias por el contacto con materiales no tolerados
  • Hinchazones e inflamaciones en los ojos debido a las fugas de la máscara (el aire expirado se sopla continuamente en los ojos)
  • Fuertes flatulencias por el almacenamiento de aire en el estómago, debido a la alta presión del aire insuflado
  • Dolores en el pecho o los pulmones, ya que el paciente debe expirar constantemente contra la presión ejercida
  • Daños duraderos (bronquiectasia) en los pulmones e inflamaciones pulmonares debido a las microaspiraciones provocadas por la respiración artificial
  • Resfriados más frecuentes por el uso de la máscara respiratoria
  • Sequedad bucal y nasal debido a la respiración asistida
  • Ganas de orinar excesivas durante la noche
  • Ruidos molestos producidos por la tecnología de la respiración asistida, sobre todo cuando se desliza
  • Problemas de convivencia con la pareja debido al uso de este dispositivo
  • Limitación del movimiento durante el sueño
  • En caso de resfriado o rinitis, la máscara no puede utilizarse o puede utilizarse solo parcialmente
  • Pese a la reducción de las interrupciones de la respiración gracias al uso de la máscara CPAP, suele seguir existiendo un grave riesgo para la salud, ya que no se reduce el número suficiente de apneas

Como el tratamiento CPAP no cura la apnea del sueño, la respiración asistida con la máscara debe utilizarse de por vida. Basándonos en los testimonios de muchos pacientes podemos afirmar que la respiración asistida CPAP no suele tratar las interrupciones de la respiración suficientemente (siguen sufriendo más de diez interrupciones respiratorias por hora de sueño). La práctica también demuestra que entre el 20 % y el 30 % de los pacientes tratados con CPAP no lo utilizan de forma consecuente ni regular, ya que no soportan la máscara respiratoria. En estos casos, el tratamiento fracasa. Sin embargo: las enfermedades asociadas a la apnea, principalmente los problemas cardiacos y circulatorios, siguen provocando un gran riesgo para la vida de estos pacientes. En no pocas ocasiones, una apnea del sueño no tratada conlleva una reducción sustancial de la esperanza de vida. Para evitarlo, la terapia de respiración asistida por aire a presión CPAP debe realizarse durante todas las fases del sueño, de forma consecuente y sin interrupciones. Si eso resulta imposible por los motivos indicados anteriormente, debe consultar urgentemente con un médico especializado para buscar la terapia alternativa más adecuada para usted.

El uso de la máscara CPAP de por vida solo puede evitarse sometiéndose a una intervención quirúrgica que elimina las causas de la apnea obstructiva del sueño. Dicha operación se basa en el desplazamiento hacia delante de los maxilares superior e inferior para abrir las vías respiratorias de forma duradera.

Gracias a un método quirúrgico único en el mundo desarrollado por el profesor Sailer, llamado «Rotation Advancemen», la apnea del sueño se cura para siempre. Los efectos secundarios de la máscara CPAP y el empeoramiento de su calidad de vida pasarán a la historia.